"Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura" (Mc 16, 15)
Que cada cual estime a los otros más que a sí mismo (Rm 12, 10)
Tal como lo pide el Papa en su mensaje para esta Cuaresma, animémonos a recuperar esta actitud, vayamos contra corriente, digámosle al mundo que la felicidad no está en uno mismo, sino en darse a los demás. La caridad empieza donde termina "mi yo".
Demos un giro a la consideración moderna que invita a pensar primero en sí mismo y luego, tal vez, en los demás. El mensaje del Papa está lleno de sugerencias muy prácticas y aplicables en nuestra vida diaria.
"Fijémonos..." esta frase implica un compromiso real con todos los hijos de Dios, con los que amamos, con los cercanos, pero también con los que no amamos y con los que no tienen relación inmediata con nosotros.
Observar, estar atentos, mirar conscientemente, ¿esto lo hacemos con los que nos rodean?, ¿pensamos en su bienestar primero?, ¿pensamos en cómo poner nuestro granito de arena para hacer un mundo mejor?
El Santo Padre, Benedicto XVI, dice que el gran mal de estos tiempos es "la falta de fraternidad". Que no nos detenga "el respeto por la esfera privada" para interesarnos realmente por los demás, porque mientras tengamos vida, somos parte integrante del género humano. No nos quedemos ciegos ante el sufrimiento de los otros y si bien el sufrimiento por carencias físicas, a veces hasta de lo más indispensable, es un problema grave a resolver, es más preocupante la ausencia de Dios en los corazones de tantas personas y de tantas naciones. Es el aspecto espiritual el que urge alimentar, para que una vez teniendo a Dios de vuelta en el corazón, los problemas humanos empiecen también a resolverse (Buscad el Reino de Dios y lo demás se te dará por añadidura) o el Ama y haz lo que quieras.
"... los unos en los otros", es como se manifiesta la caridad y el don de la reciprocidad. Cada quien desde su propia condición de vida, con sus propios talentos, recursos, gracias y dones, dar lo mejor de sí mismo a los demás. La caridad para con los hermanos tiene entre sus múltiples expresiones "la limosna", típica práctica cuaresmal junto con la oración y el ayuno. La limosna, que es una ayuda para mejorar las condiciones materiales de los pobres, también es una ayuda para las obras de Evangelización, que como Catholic.net, buscan atraer a todos los hijos de Dios a conocerlo y darle un lugar prioritario en su corazón. Recordar que en la vida de Fe, quien no avanza retrocede.